Por si no sé volar.

Nunca imaginé que pudieran hacerme recordar tanto. Nunca pensé que el pasado pudiera hacerte vibrar más que lo que pasa por delante. Nunca pensé en mirar atrás si tenía dudas de cómo seguir hacía delante.

Recuerdo que lloraba mientras escribía las cosas que nunca me atrevería a decirte. Para nosotros querer nunca se escribió con palabras aunque en aquel momento necesitaba que apareciera en un papel.

Ni siquiera la lluvia podía calmar aquella ausencia. Para aquellos que somos grises, no hay nada más bonito que las nubes y las gotas. Aunque esas gotas ahora caían en un papel poniendo todas las cosas que nunca te he dicho.

Y yo que presumo de ponerle nombre a los sentimientos. De no temer a las palabras. De mirar a los ojos y decir las cosas. Y yo que presumo de ser libre y ahora no querer volar.

Hoy. Pienso que estás leyendo esto. Y como en cada día gris, siempre hay algo que le da luz. Cuántas veces has sido luz cuando más oscuro estaba todo. Y cuantos días has iluminado y cuantas tormentas has despejado.

Tú, que me empujas a volar.