Llevo semanas pensando sobre qué escribir que no sea negativo, que nos aleje del pesimismo y que al menos durante unos minutos me permita olvidarme de todo lo malo que nos lleva inundando desde hace meses.
Llevo tantos días pensando a quién escribir, con quien sentir y reir. En quién me hace vivir.
Pensamos tanto que no vivimos.
Llevo meses pensando en qué me hace feliz: en ese abrazo, en esa visita, en amigos alegrándose de lo bueno, en una caricia o en esa sonrisa que deslumbra incluso debajo de una mascarilla, en Bambú gritando tu nombre.
Hay tanto bueno detrás de tanto grito…
Deja una respuesta